La terapia de compresión es una técnica médica que utiliza dispositivos de compresión, como medias o vendas, para aplicar presión controlada en determinadas áreas del cuerpo. Este tratamiento se utiliza para mejorar la circulación sanguínea, reducir la hinchazón y aliviar los síntomas de diversas afecciones, como el linfedema, las varices, y las úlceras venosas.
¿Qué es la terapia de compresión?
La terapia de compresión es un tratamiento no invasivo que se utiliza para mejorar la circulación sanguínea y linfática mediante la aplicación de presión externa en las extremidades. Este tratamiento puede incluir el uso de medias de compresión, vendajes elásticos, mangas de compresión o sistemas de compresión intermitente, todos diseñados para aplicar una presión controlada que facilita el retorno venoso.
La terapia de compresión actúa de manera eficaz en la lucha contra la acumulación de líquidos en los tejidos, promoviendo la circulación sanguínea hacia el corazón y reduciendo la formación de edemas. Además, ayuda a evitar que se acumulen coágulos sanguíneos en las venas y mejora la función general del sistema circulatorio.
¿Cómo funciona la terapia de compresión?
El principio fundamental de la terapia de compresión radica en la aplicación de presión para ayudar al flujo sanguíneo y linfático. La presión aplicada por los dispositivos de compresión actúa de manera secuencial desde los pies o las manos hacia el corazón. Esto facilita la circulación venosa y linfática, mejorando la oxigenación de los tejidos y evitando la acumulación de líquidos.
El tratamiento de compresión también contribuye a que las venas no se dilaten excesivamente y a mejorar el funcionamiento de las válvulas venosas, lo que permite un mejor retorno de la sangre al corazón. Esta acción es fundamental en el tratamiento de afecciones venosas, como las varices y el linfedema.
Beneficios de la terapia de compresión
Reducción de la hinchazón y edemas
La terapia de compresión es altamente efectiva para reducir la hinchazón en las piernas, los tobillos y otras áreas del cuerpo donde se puede acumular líquido. Al aplicar presión externa, se estimula el drenaje linfático y se facilita la eliminación de líquidos acumulados en los tejidos, aliviando la inflamación.
Mejora la circulación sanguínea
La compresión mejora el flujo sanguíneo en las extremidades, lo que ayuda a reducir el riesgo de trombosis venosa profunda (TVP) y coágulos sanguíneos. Esta mejor circulación también contribuye a reducir la sensación de pesadez en las piernas y a aliviar el dolor asociado con la mala circulación.
Prevención de úlceras venosas
En personas con insuficiencia venosa crónica, la terapia de compresión ayuda a prevenir la formación de úlceras venosas, que son heridas crónicas que ocurren debido a la mala circulación sanguínea. La compresión mejora el retorno sanguíneo y reduce la presión en las venas afectadas.
Tratamiento del linfedema
El linfedema es una afección en la que se acumula líquido linfático en los tejidos, causando hinchazón, principalmente en los brazos y las piernas. La terapia de compresión es uno de los tratamientos más efectivos para controlar el linfedema, ya que facilita el drenaje de la linfa y reduce la inflamación.
Alivio de las varices
La compresión también puede ser útil para aliviar los síntomas de las varices, como el dolor, la hinchazón y la pesadez. Al aplicar una presión controlada en las piernas, la terapia de compresión ayuda a reducir la dilatación de las venas y mejora la circulación venosa.
Recuperación postquirúrgica
La terapia de compresión es una herramienta efectiva en la recuperación postquirúrgica, especialmente en pacientes que han sufrido cirugías de extremidades. La compresión favorece el retorno venoso y linfático, lo que reduce la hinchazón y acelera la recuperación después de una cirugía.
Tipos de terapia de compresión
Existen diferentes tipos de dispositivos de compresión, que varían según el nivel de presión aplicada y el área del cuerpo que se trata:
Medias de compresión
Son las más comunes y se utilizan para tratar la insuficiencia venosa, las varices y el linfedema en las piernas. Estas medias están diseñadas para aplicar una presión graduada, siendo más ajustadas en el tobillo y disminuyendo hacia la parte superior de la pierna.
Vendajes elásticos
Los vendajes elásticos también se utilizan para aplicar compresión en áreas específicas del cuerpo, como las piernas o los brazos. Este tipo de compresión es flexible y permite ajustar la presión según las necesidades del paciente.
Mangas de compresión
Las mangas de compresión son utilizadas para tratar el linfedema en los brazos o en las piernas. Están diseñadas para aplicar presión continua y constante en las extremidades.
Sistemas de compresión intermitente
Estos sistemas aplican presión de manera secuencial en diferentes partes de la extremidad, estimulando el flujo sanguíneo. Se utilizan principalmente en entornos clínicos y hospitalarios.
¿Quiénes se benefician de la terapia de compresión?
La terapia de compresión puede ser beneficiosa para una amplia gama de personas, especialmente aquellas que padecen afecciones relacionadas con la circulación y el drenaje linfático. Algunas de las condiciones que pueden beneficiarse de este tratamiento incluyen:
Linfedema: Acumulación de linfa en los tejidos, causando hinchazón y dolor.
Insuficiencia venosa crónica: Dificultad para que la sangre fluya de vuelta al corazón, lo que provoca varices y dolor en las piernas.
Trombosis venosa profunda (TVP): Condición en la que se forman coágulos sanguíneos en las venas profundas de las piernas.
Recuperación postquirúrgica: Después de una cirugía, especialmente en las extremidades, para reducir la hinchazón y acelerar la cicatrización.
Varices: Venas dilatadas y visibles que pueden causar dolor, hinchazón y sensación de pesadez en las piernas.
Contraindicaciones de la terapia de compresión
Aunque la terapia de compresión es generalmente segura, existen algunas contraindicaciones que deben tenerse en cuenta:
Infecciones cutáneas: No se recomienda aplicar compresión en áreas con infecciones o heridas abiertas.
Arterias bloqueadas: La compresión no debe aplicarse en personas con obstrucciones arteriales graves, ya que puede interferir con el flujo sanguíneo.
Insuficiencia cardíaca grave: En algunos casos de insuficiencia cardíaca avanzada, la terapia de compresión debe aplicarse con precaución.
Artículo revisado por: Antonio González Gálvez, Fisioterapeuta.