La natación es una de las disciplinas deportivas más completas, ya que involucra la mayoría de los grupos musculares del cuerpo. Sin embargo, también es una de las que más estrés genera en los hombros, ya que estos soportan la mayor parte de la carga y repiten movimientos que pueden llevar al desgaste articular. Una de las lesiones más comunes entre los nadadores es el síndrome del hombro del nadador, una condición que afecta la estabilidad y fuerza del hombro debido a la sobrecarga de los tendones del manguito rotador. En este artículo, te ofrecemos una guía completa para entender y prevenir esta lesión tan común entre quienes practican natación.
¿Por qué los nadadores son propensos a lesiones de hombro?
El hombro es una articulación compleja, rodeada de una red de músculos y tendones que permiten una gran amplitud de movimiento. Sin embargo, esta misma libertad hace que sea susceptible a inestabilidad y desgaste. En la natación, los movimientos repetitivos y continuos, especialmente en estilos como el crol y la mariposa, ejercen una presión considerable en el manguito rotador, el cual es el grupo de músculos y tendones que se encargan de estabilizar el hombro.
Con el tiempo, esta presión repetitiva puede llevar a:
Tendinitis: Inflamación de los tendones del manguito rotador.
Bursitis: Inflamación de la bursa, una estructura que reduce la fricción en la articulación.
Desgarros musculares: Debido a una fatiga acumulada y falta de fortalecimiento específico.
Principales factores de riesgo
Entender los factores que contribuyen a las lesiones de hombro en nadadores es fundamental para poder prevenirlas. Entre los principales factores se encuentran:
Técnica incorrecta: Una técnica de brazada inadecuada aumenta el esfuerzo en el hombro, incrementando el riesgo de lesión.
Sobrecarga en el entrenamiento: Entrenar en exceso sin dar tiempo a los músculos para recuperarse es una causa común de lesiones.
Falta de fortalecimiento muscular: Muchos nadadores se concentran solo en nadar y descuidan ejercicios específicos para fortalecer el manguito rotador.
Mala postura fuera del agua: La postura encorvada o debilidad en los músculos del torso pueden llevar a un alineamiento incorrecto del hombro, aumentando la fricción y el desgaste.
Cómo prevenir lesiones de hombro en la natación
Afortunadamente, hay medidas efectivas para reducir el riesgo de lesión en los hombros al practicar natación. Aquí te explicamos las mejores prácticas para proteger esta delicada articulación.
1. Fortalecimiento del Manguito Rotador
Fortalecer los músculos que rodean el hombro ayuda a estabilizar la articulación y a repartir el esfuerzo en toda la musculatura, reduciendo la presión en los tendones. Algunos ejercicios clave incluyen:
Rotación externa con banda elástica: Este ejercicio fortalece el infraespinoso y redondo menor, músculos esenciales del manguito rotador.
Elevación lateral en posición de Y: Permite trabajar los músculos del hombro sin crear fricción en los tendones.
Rotación interna con banda elástica: Ayuda a mejorar la estabilidad del hombro y a preparar los tendones para el esfuerzo repetitivo de la natación.
Consejo: Realiza 3 series de 15-20 repeticiones de cada ejercicio, al menos 3 veces por semana, para mejorar la resistencia y evitar el cansancio prematuro de los músculos del manguito rotador.
2. Mejora de la Técnica de Nado
La técnica de brazada es fundamental para reducir el riesgo de lesión. Algunos consejos técnicos que pueden hacer una gran diferencia incluyen:
Mantén el codo elevado: Al levantar el brazo fuera del agua, asegúrate de que el codo esté en una posición superior al hombro y la mano, lo que reduce la presión en los tendones.
Evita la sobre-extensión: No estires demasiado el brazo al entrar en el agua, ya que esto puede generar una tensión innecesaria en el hombro.
Rotación del torso: La rotación del torso en cada brazada reduce la carga en los hombros y permite que otros grupos musculares ayuden en el movimiento.
3. Realización de Ejercicios de Flexibilidad y Movilidad
La flexibilidad del hombro es esencial para evitar lesiones por falta de movilidad. Los ejercicios de estiramiento deben incluir:
Estiramiento de pectorales: Ayuda a reducir la tensión en el hombro y mejora la postura.
Estiramiento de trapecio y escápula: Los músculos de la parte superior de la espalda son fundamentales para la estabilidad del hombro.
Ejercicio de movilidad de hombro con palo: Usar un palo o banda elástica para realizar rotaciones controladas del hombro ayuda a mantener una buena movilidad.
Consejo: Realiza estos estiramientos al finalizar cada sesión de natación para reducir la rigidez muscular y mejorar la elasticidad de los tejidos.
4. Equilibrio entre Entrenamiento y Descanso
El sobreentrenamiento es uno de los factores principales de las lesiones de hombro. Planifica tus sesiones de natación de manera que alternes días de alta y baja intensidad, y dedica al menos un día a la semana a descansar por completo. Recuerda que los músculos y tendones necesitan tiempo para recuperarse y fortalecerse.
5. Fortalecimiento del Core y la Espalda
Un core fuerte y estable permite mantener una mejor alineación en el agua y reduce la presión en los hombros. Ejercicios como el plank (plancha), puente de glúteos y superman son excelentes para desarrollar la fuerza en el core y estabilizar la espalda.
Consejo: Realiza ejercicios de core al menos dos veces por semana, con énfasis en la estabilidad y la resistencia.
6. Realización de Ejercicios Preventivos en el Agua
Además del entrenamiento en tierra, hay ejercicios específicos que se pueden realizar en el agua para proteger los hombros:
Estilo espalda: Incluir un poco de nado estilo espalda en tu rutina ayuda a contrarrestar el esfuerzo de los estilos que tienden a sobrecargar el hombro, como el crol y la mariposa.
Remo con resistencia: Utiliza una tabla o manoplas para realizar ejercicios de remo que fortalezcan el hombro sin estrés excesivo.
Nado suave de calentamiento y enfriamiento: Iniciar y finalizar con nado suave ayuda a preparar el músculo y evitar tensión acumulada.
Cuándo consultar a un fisioterapeuta
Si experimentas dolor persistente en el hombro, dificultad para levantar el brazo o pérdida de fuerza, es importante acudir a un fisioterapeuta especializado en lesiones deportivas. La detección temprana de cualquier anomalía permite realizar intervenciones que pueden prevenir una lesión mayor. La fisioterapia personalizada ayuda a adaptar ejercicios y técnicas de recuperación de acuerdo con las necesidades individuales de cada nadador, optimizando la recuperación y fortalecimiento de la articulación.