El comienzo del año trae consigo nuevos objetivos, y entre los más comunes está el propósito de llevar una vida más activa y saludable. Muchos deciden inscribirse en el gimnasio con entusiasmo, pero ese impulso inicial puede llevar a errores que terminan en lesiones, haciendo que los buenos propósitos se queden a mitad de camino.
Escucha a tu cuerpo: la progresión es clave
Uno de los errores más comunes en enero es querer recuperar años de inactividad en pocas semanas. Es importante empezar poco a poco, respetando los límites de tu cuerpo. Intenta:
Aumentar la carga de trabajo de forma progresiva.
Alternar días de entrenamiento con descansos adecuados para permitir la recuperación muscular.
Calentamiento: el paso que no debes saltarte
Un buen calentamiento prepara tus músculos y articulaciones para el esfuerzo físico, reduciendo el riesgo de lesiones. Dedica al menos 10-15 minutos a ejercicios cardiovasculares suaves o movimientos dinámicos específicos para las áreas que vas a trabajar.
Técnica antes que peso
El entusiasmo por avanzar rápido puede llevar a levantar más peso del que puedes manejar o realizar los ejercicios con una técnica incorrecta.
Pide ayuda a un entrenador para aprender la forma correcta de los ejercicios.
Prioriza la técnica sobre la carga; es mejor levantar menos peso correctamente que lesionarte intentando levantar más.
No olvides el enfriamiento y los estiramientos
Después de entrenar, el cuerpo necesita volver gradualmente a su estado de reposo. El enfriamiento y los estiramientos ayudan a prevenir rigidez muscular y favorecen la recuperación. Dedica unos minutos al final de tu sesión a estirar los músculos trabajados.
Utiliza el equipamiento adecuado
Usa ropa cómoda y calzado deportivo que brinde el soporte adecuado.
Si utilizas accesorios como cinturones de levantamiento o muñequeras, asegúrate de que estén bien ajustados.
Escucha a los profesionales
No dudes en pedir orientación a los entrenadores del gimnasio o en buscar ayuda especializada si sientes molestias persistentes. Si notas dolor en una zona específica, acude a un fisioterapeuta para una evaluación.
No subestimes la importancia del descanso y la nutrición
Tu cuerpo necesita energía y tiempo para repararse. Combina tu entrenamiento con:
Una dieta equilibrada que incluya proteínas, carbohidratos y grasas saludables.
Dormir lo suficiente para permitir la regeneración muscular.
¿Te has lesionado? ¡La fisioterapia puede ayudarte!
Si sientes molestias o has sufrido una lesión, la fisioterapia es clave para una recuperación rápida y efectiva. Un fisioterapeuta puede:
Diseñar un plan de rehabilitación personalizado.
Ayudarte a corregir desequilibrios musculares y mejorar la postura para prevenir futuras lesiones.