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Fisioterapia en personas con Parkinson: Mejora de la movilidad y calidad de vida
Cómo la fisioterapia puede mejorar la movilidad y la calidad de vida en personas con Parkinson

El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta principalmente al movimiento y a la coordinación. Con el tiempo, los síntomas pueden interferir significativamente en las actividades diarias, afectando la calidad de vida de quienes la padecen. Sin embargo, la fisioterapia juega un papel fundamental en el manejo de esta enfermedad, ayudando a mejorar la movilidad, el equilibrio y, en general, la funcionalidad de la persona.


¿Qué es el Parkinson y cómo afecta el cuerpo?

La enfermedad de Parkinson es un trastorno del sistema nervioso central que provoca la degeneración de las células cerebrales encargadas de producir dopamina, un neurotransmisor esencial para el control de los movimientos corporales. Los síntomas más comunes incluyen:

  • Temblor (normalmente en reposo)

  • Rigidez muscular

  • Bradicinesia (lentitud de los movimientos)

  • Problemas de equilibrio y coordinación

Estos síntomas afectan tanto a la movilidad física como a las habilidades cognitivas, y pueden ser debilitantes si no se gestionan adecuadamente.


¿Cómo puede la fisioterapia ayudar a los pacientes con Parkinson?

La fisioterapia es una herramienta clave en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. A través de diversas técnicas, se puede ayudar a las personas a mantener o mejorar su capacidad de moverse de manera independiente. Aquí te explicamos cómo la fisioterapia puede ser beneficiosa:

1. Mejora de la movilidad y la postura

La rigidez muscular es uno de los síntomas más comunes del Parkinson, y puede hacer que el cuerpo se vuelva más rígido y tenso. La fisioterapia utiliza ejercicios específicos que ayudan a mejorar la flexibilidad y la amplitud de movimiento. Estos ejercicios también ayudan a fortalecer los músculos, lo que contribuye a una postura más erguida y una marcha más fluida.

  • Ejercicios de estiramiento y movilidad articular: Estos ayudan a reducir la rigidez y aumentar el rango de movimiento, permitiendo que la persona se mueva con mayor facilidad.

  • Entrenamiento de la marcha: El fisioterapeuta puede enseñar a caminar de manera más eficiente, utilizando técnicas que mejoren la estabilidad y la seguridad al caminar.

2. Prevención de caídas y mejora del equilibrio

El equilibrio se ve afectado por la progresiva pérdida de control motor que caracteriza al Parkinson. Esto aumenta el riesgo de caídas, que pueden ser peligrosas y comprometer la independencia del paciente.

  • Ejercicios de equilibrio: La fisioterapia incluye ejercicios diseñados para fortalecer los músculos responsables de mantener la postura y prevenir caídas. Estos ejercicios también ayudan a mejorar la respuesta a las caídas, haciendo que la persona sea más capaz de corregir su postura de manera rápida y efectiva.

  • Entrenamiento de la marcha con obstáculos: La práctica de caminar por superficies irregulares o con obstáculos pequeños ayuda a mejorar la coordinación y la reacción ante posibles caídas.

3. Fisioterapia respiratoria

En muchos casos de Parkinson, los pacientes experimentan dificultades respiratorias debido a la rigidez en los músculos del pecho y la respiración superficial. Los ejercicios de fisioterapia respiratoria pueden ayudar a mejorar la capacidad pulmonar y la oxigenación, lo que contribuye al bienestar general.

  • Ejercicios de respiración profunda: Ayudan a expandir los pulmones y mejorar la respiración, lo que favorece el flujo de oxígeno a los músculos y al cerebro.

  • Fortalecimiento de los músculos respiratorios: Técnicas que pueden mejorar la capacidad de la persona para respirar de manera más eficiente, reduciendo la fatiga y mejorando la energía.

4. Terapia de la voz y el habla

En muchos casos, las personas con Parkinson desarrollan disartria, un trastorno que afecta la capacidad de hablar con claridad. Los fisioterapeutas especializados en terapia del habla y la voz trabajan con los pacientes para mejorar la articulación, el volumen y la proyección vocal.

  • Ejercicios de vocalización: Aumentan la capacidad de la voz y ayudan a mejorar la claridad en el habla.

  • Técnicas de respiración controlada: Mejoran la capacidad para hablar con mayor volumen y claridad, lo que aumenta la confianza en la comunicación.

5. Aumento de la confianza y la independencia

El Parkinson puede generar una sensación de dependencia y desconfianza debido a la pérdida de habilidades motoras. A través de la fisioterapia, los pacientes pueden ganar más confianza en su capacidad para realizar tareas cotidianas como caminar, levantarse de una silla o subir escaleras.

  • Entrenamiento funcional: Se centra en actividades diarias como vestirse, bañarse o comer, ayudando a los pacientes a ser más independientes en su vida cotidiana.

  • Técnicas de apoyo y ayudas para la movilidad: El fisioterapeuta puede recomendar dispositivos como bastones o andadores, ayudando a mejorar la seguridad y autonomía del paciente.


Tipos de ejercicios recomendados para personas con Parkinson

La fisioterapia para personas con Parkinson no solo se limita a la rehabilitación tras un episodio de pérdida de movimiento; también incluye ejercicios diseñados para mejorar la calidad de vida a largo plazo. Algunos de los más recomendados son:

  • Tai Chi y yoga: Estas prácticas ayudan a mejorar el equilibrio, la flexibilidad y la concentración mental.

  • Bailes o terapia de danza: El movimiento rítmico y fluido ayuda a mejorar la coordinación y la movilidad, al mismo tiempo que proporciona un componente social positivo.

  • Ejercicios de fuerza: Fortalecer los músculos, especialmente los de la parte inferior del cuerpo, es esencial para mantener la movilidad y prevenir caídas.

  • Ejercicios de coordinación: Como caminar hacia adelante y hacia atrás, o practicar movimientos cruzados de los brazos y piernas, ayudan a mejorar la destreza motora.


¿Con qué frecuencia es necesario realizar fisioterapia?

La frecuencia con la que se debe realizar la fisioterapia depende del estado del paciente y de sus necesidades específicas. Sin embargo, en general, los pacientes con Parkinson pueden beneficiarse de sesiones regulares de fisioterapia, especialmente durante las fases iniciales de la enfermedad.

  • Sesiones iniciales: Durante las primeras fases de la enfermedad, las sesiones pueden ser más frecuentes, hasta tres veces por semana, con un enfoque en la educación y el entrenamiento de la movilidad.

  • Mantenimiento: A medida que los síntomas avanzan, las sesiones pueden espaciarse, pero el mantenimiento de la actividad física y los ejercicios diarios siguen siendo fundamentales.


Beneficios psicológicos de la fisioterapia en personas con Parkinson

Además de los beneficios físicos, la fisioterapia puede tener un impacto positivo en el bienestar psicológico de los pacientes con Parkinson. La actividad física regular aumenta la liberación de endorfinas, lo que puede reducir los niveles de ansiedad, estrés y depresión. Además, la interacción con el fisioterapeuta y la posibilidad de mejorar la autonomía contribuye a una mayor confianza y autoestima.

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