En el mundo de la rehabilitación y la medicina natural, la terapia con arcillas y fangos medicinales ha sido utilizada durante siglos como un método para aliviar el dolor, reducir la inflamación y mejorar la salud de músculos y articulaciones. Pero, ¿qué dice la ciencia sobre estos tratamientos? ¿Realmente tienen un efecto beneficioso en la recuperación física o son simplemente un remedio tradicional sin respaldo médico?
¿Qué es la terapia con arcillas y fangos medicinales?
La terapia con arcillas y fangos (peloterapia) es un tratamiento basado en la aplicación de barro o arcilla sobre la piel para aprovechar sus propiedades terapéuticas. Estos materiales contienen una alta concentración de minerales como silicio, magnesio, calcio, potasio y hierro, que tienen efectos beneficiosos en la piel, músculos y articulaciones.
Los fangos medicinales suelen combinarse con agua termal, lo que potencia sus efectos curativos gracias a la temperatura y los minerales disueltos en el agua. Dependiendo de la composición del fango, pueden usarse para distintas afecciones, como artritis, contracturas musculares o problemas circulatorios.
¿Cómo actúan en la rehabilitación física?
Las arcillas y fangos medicinales ejercen sus efectos terapéuticos a través de varios mecanismos:
A. Efecto térmico
La aplicación de fango caliente ayuda a:
Aumentar el flujo sanguíneo en la zona tratada.
Relajar los músculos y reducir la rigidez articular.
Disminuir la inflamación y el dolor.
Este efecto es especialmente útil en pacientes con dolor crónico, contracturas musculares o lesiones articulares.
B. Propiedades absorbentes y desintoxicantes
La arcilla tiene la capacidad de absorber toxinas, metales pesados e impurezas de la piel y los tejidos subyacentes, lo que favorece la eliminación de sustancias inflamatorias en casos de lesiones o hinchazón.
C. Acción antiinflamatoria y analgésica
Gracias a su contenido en minerales como el silicio y el magnesio, los fangos tienen efectos antiinflamatorios que ayudan a aliviar dolencias como:
Artritis y artrosis.
Tendinitis y bursitis.
Lesiones deportivas (esguinces, desgarros musculares).
D. Estimulación de la circulación
La aplicación de fangos mejora la microcirculación y el drenaje linfático, lo que puede ser beneficioso para acelerar la recuperación en procesos de rehabilitación.
Beneficios de la terapia con arcillas y fangos en la rehabilitación
Reducción del dolor: Su efecto térmico y antiinflamatorio ayuda a aliviar molestias musculares y articulares.
Aceleración de la recuperación: Mejora la circulación y facilita la regeneración de tejidos.
Relajación muscular: Ideal para contracturas y tensión acumulada.
Mejora de la movilidad: Al reducir la inflamación y el dolor, permite mayor amplitud de movimiento en las articulaciones.
Complemento de la fisioterapia: Potencia los efectos de otros tratamientos rehabilitadores.
Tipos de arcillas y fangos utilizados en rehabilitación
Existen diferentes tipos de arcillas y fangos medicinales, cada uno con propiedades específicas que los hacen adecuados para distintos problemas de salud. A continuación, te explicamos los más utilizados en rehabilitación:
Fango termal
Este tipo de fango proviene de aguas termales y es rico en minerales y oligoelementos. Su aplicación en terapias ayuda a aliviar el dolor articular, reducir la rigidez muscular y mejorar la movilidad en personas con artritis, artrosis y contracturas musculares crónicas.
Arcilla roja
Caracterizada por su alto contenido en hierro, la arcilla roja tiene potentes propiedades antiinflamatorias. Se utiliza principalmente para tratar dolores musculares, inflamaciones articulares y problemas circulatorios. Su efecto calmante es ideal para personas que sufren de rigidez o sobrecarga muscular.
Arcilla verde
Gracias a su capacidad absorbente y desintoxicante, la arcilla verde es recomendada para el tratamiento de esguinces, golpes, retención de líquidos y procesos inflamatorios. También favorece la regeneración de tejidos, lo que la hace útil en la recuperación de lesiones deportivas.
Arcilla blanca
Es la más suave de todas y tiene propiedades regeneradoras de la piel. Su uso está indicado en pieles sensibles, irritaciones cutáneas e inflamaciones leves. Aunque su efecto en rehabilitación muscular es menor, puede ser un complemento en procesos de recuperación donde se requiera una acción calmante en la piel.
Cada uno de estos tipos de arcilla o fango tiene aplicaciones específicas, y su elección dependerá del tipo de lesión o afección que se quiera tratar. En muchos casos, su uso se combina con otras terapias para potenciar los beneficios en la recuperación.
¿Qué dice la ciencia? Evidencia sobre su eficacia
Existen varios estudios que respaldan el uso de fangos medicinales en la rehabilitación:
Un estudio publicado en la revista Clinical Rheumatology encontró que los baños de fango termal reducen significativamente el dolor y la rigidez en pacientes con artritis.
Investigaciones en Journal of Rehabilitation Research & Development indican que la terapia con fangos mejora la movilidad y reduce el uso de analgésicos en personas con osteoartritis.
Un estudio en International Journal of Biometeorology reveló que la aplicación de fangos ayuda a disminuir la inflamación en lesiones deportivas y acelera la recuperación muscular.
Aunque se necesita más investigación, la evidencia sugiere que la peloterapia es un complemento efectivo en tratamientos de rehabilitación.
Cómo aplicar la terapia con arcillas y fangos en casa o en centros de rehabilitación
Si deseas probar este tratamiento, aquí tienes algunas formas de aplicación:
En casa
Mezcla la arcilla con agua caliente hasta formar una pasta homogénea.
Aplica sobre la zona afectada en una capa gruesa.
Déjala actuar entre 15 y 30 minutos.
Retira con agua tibia y aplica una crema hidratante.
Ideal para aliviar contracturas musculares y dolores articulares leves.
En Centros de Rehabilitación y Spas Médicos
Baños de fango termal.
Envolturas corporales con fangos minerales.
Masajes con arcillas terapéuticas.
Estos tratamientos suelen combinarse con fisioterapia, hidroterapia o masajes terapéuticos para potenciar sus beneficios.
¿Quiénes pueden beneficiarse de la terapia con fangos?
Personas con artritis, artrosis o reumatismo.
Pacientes en recuperación de lesiones deportivas.
Personas con dolor muscular crónico.
Aquellos con inflamación o retención de líquidos.
Contraindicaciones
Heridas abiertas o infecciones cutáneas.
Fiebres o infecciones activas.
Alergia a algún componente de la arcilla o el fango.
Si tienes alguna condición de salud, consulta con un profesional antes de iniciar este tratamiento.