La fisioterapia deportiva está cada vez más demandada, es necesario que dentro de la fisioterapia existan especialidades que cubran de forma más profunda lesiones relacionadas con la actividad o situaciones del paciente.
Hoy en la policlínica IRE, vamos a comentar una patología “reciente” que llenan las consultas, se trata del choque femoroacetabular.
El Choque o pinzamiento Femoroacetabular
Hace alrededor de 10 años aún no se diagnosticaba “el choque femoroacetabular” o “pinzamiento femoroacetabular” o también nombrado como impingement de cadera por el desconocimiento de esta patología. Aunque todavía se desconoce realmente la causa, incluso algunos profesionales no están familiarizados con este diagnóstico.
El choque femoroacetabular es un síndrome que afecta al 15 % de la población sobre todo aquellas personas que realizar prácticas deportivas con frecuencia. Y suelen ser pacientes menores de 50 años que tienen esta afección.
Los síntomas son múltiples, por lo que suele constar hacer un diagnóstico, y es fácil confundirlo con otro tipo de lesiones como, por ejemplo, pubalgias, falso piramidal, síndrome piriforme…
¿Qué es el choque femoroacetabular?
El síndrome choque femoroacetabular es una relación anómala entre las estructuras de la cadera y el fémur produciendo una fricción y una degeneración precoz del labrum y del cartílago articular, que acelera la artrosis y la posibilidad de una prótesis.
Existen tres tipos de choque, cam, pincer y mixto.
El tipo CAM, es un sobrecrecimiento óseo entre la cabeza y el cuello del fémur por lo que choca contra el labrum y el acetábulo. Puede provocar desgaste articular.
El tipo PINCER, es también un sobrecrecimiento óseo en el borde acetabular creando fricción contra la cabeza del fémur y su cartílago. Puede provocar ruptura del labrum y lesiones condrales articulares.
El tipo MIXTO, es la suma de las dos lesiones anteriormente mencionadas, cam y pincer.
Tras la valoración, que será fundamental apoyada en radiografías y resonancias… existe la posibilidad de optar por la cirugía en casos graves, o hacer un tratamiento conservador donde el terapeuta establecerá una rutina de ejercicios diarios y unas recomendaciones paliativas, si el diagnóstico es leve. Es por esto por lo que tener el hábito, y sobre todo en los deportistas, de acudir al fisioterapeuta puede adelantarse o percibir anomalías de forma temprana, evitando problemas futuros.
Aquellos pacientes que decidan someterse a la cirugía necesitarán una rehabilitación especializada, y diseñada para la total recuperación.
Fisioterapia deportiva tras la cirugía
Algunos ejercicios tras la operación pueden ser:
- Movilidad zona lumbar y pelvis
- Movilidad pasiva de cadera y rodilla
- Fortalecimiento de rotadores externos, glúteo medio y glúteo mayor
- Reeducación de la marcha
El proceso de rehabilitación y los tiempos de recuperación dependen mucho de la intervención y de cada paciente. Es por ello, que hay que tener paciencia y contar con un gran equipo multidisciplinar para la mayor eficiencia y lograr un buen pronóstico.